Nos cuesta encender la creatividad. No logramos encontrar el momento, sentimos que estamos perdiendo el tiempo, creemos que no tenemos el talento necesario. En algún momento, todos llegamos a ese callejón sin salida.
¿Estoy exagerando? No lo creo. Nos cuesta CREAR porque no lo hacemos habitualmente, ni con regularidad, ni con intención. Desarrollar el hábito creativo me parece fundamental y por esa razón comparto ideas, herramientas y recursos para cultivarlo de manera consciente. Y también mis tropiezos y aprendizajes en esta búsqueda por vivir más conectada con mi lado creativo.
Eso me lleva a tener siempre en la cabeza ciertas preguntas: ¿por qué vivimos tan desconectados de nuestro potencial creativo? ¿cómo encendemos la chispa que todos llevamos dentro? ¿qué podemos hacer cuando la creatividad se apaga?
Una respuesta posible llegó a mí estos días a través del Instagram de Joanna Goddard –la fundadora del conocido blog A cup of Jo- en el que reflexionaba sobre lo poco que usamos nuestra capacidad de crear versus a nuestra pasiva e irrestricta capacidad de consumir (desde noticias y datos hasta mensajes y publicidades, a lo que podemos agregar una descomunal lista de etcéteras).
Si no podés evitar tu tendencia a revisar el teléfono ni bien te despertás… seguí leyendo.
EXPERIMENTAR PARA DESCUBRIR(NOS)
En el post, ella reflexionaba sobre cómo la forma en que arrancamos nuestro día puede impulsar la creatividad y, a la vez, reducir el estrés y el agobio frente a lo que está por venir cada jornada.
La idea de transformar las mañanas me resulta muy poderosa. Con esa intención creé el desafío de escritura 30 preguntas para conectar con vos, que funciona como un espacio de conexión personal para desarrollar mañanas más enriquecedoras.
La propuesta es 100% online y está diseñada para que puedas escribir un rato todos los días, pero también para que puedas usar cada pregunta como el motor para reconectar con tus sueños, deseos y metas más profundas.
Este desafío funciona porque invita a CREAR ANTES DE CONSUMIR. Una forma concreta de darle una oportunidad a la creatividad y de tomar la decisión consciente de crear algo antes de consumir cualquier cosa.
CREAR ANTES DE CONSUMIR
La multifacética Marie Forleo habla de un reto de 7 días para cambiar la rutina matinal desde hace años y sigue desafiando a quien quiera escucharla a evitar correos electrónicos, podcasts, noticias, llamadas telefónicas, aplicaciones de juegos, televisión, mensajes de texto y demás cosas que solemos consumir por la mañana (¡incluso antes de salir de la cama!) hasta lograr tres cosas:
- Hacer algo físico
- Escribir un diario o journal
- Contar la respiración un mínimo de 10 veces
Ella asegura que “cada persona tiene una brújula interna” y que, al reducir la cantidad de datos matutinos que consumimos, es posible enfocar mejor hacia dónde apunta esa brújula.
CREAR VS CONSUMIR: ¿CUÁL ES TU RELACIÓN?
Incluso antes de conocer este desafío, por pura intuición reordené mi rutina matinal con el objetivo de aprovecharla como recordatorio de que estoy / estamos aquí para ser creativos… para ser artistas de la vida.
Creamos continuamente con las elecciones que hacemos y decidiendo cómo gastamos nuestro tiempo y nuestra energía mental y emocional. Creamos con nuestros pensamientos, nuestro enfoque, nuestras acciones.
Pero ni bien abrimos los ojos estamos inmersos en una cultura de consumo que bombardea con ideas, recetas, artículos, libros, perspectivas (y lindas carteras 😉 ) que compiten despiadadamente por nuestra atención. Y la abundancia distrae con alarmante facilidad. El consumo es seductor y puede alejarnos de las cosas que son realmente importantes.
Por eso todas las mañanas dedico mis horas más productivas a escribir, agradecer, hacer yoga y sumergirme profundamente en mis proyectos creativos antes de caer en la trampa del celular.
Creo antes de consumir. Ese es mi objetivo. Por supuesto, algunas mañanas me sale mejor que otras. Pero hago un esfuerzo para usarlas para conectar conmigo y cultivar mi lado creativo.
¿QUÉ ESTÁS CREANDO HOY?
Acaso la pregunta del millón. Esa que interpela y no podemos sortear con respuestas superficiales.
Dos cuestiones que me ayudaron a poner en perspectiva mi respuesta:
- Considerar el tiempo en las redes sociales o en Internet como consumo
- Repasar cada acción de mi rutina matinal para entender qué sirve y qué hay que reajustar para estar más alineada con tus prioridades del día
Soy muy productiva por las mañanas. Y ahora dedico al menos 15 minutos a primera hora del día para hacer una actividad creativa que reafirme mi compromiso con desarrollar mi hábito creativo a través de pequeños actos que me ayudan a construir mi disciplina.
Antes me despertaba con la alarma del celular y enseguida chequeaba mails, Instagram, Twitter, Facebook y Whatsapp y después, solo después, me levantaba a preparar el desayuno y me ponía en acción. El problema es que ese “chequeo” podía llevarme 10 minutos o 2 horas. Un tiempo valioso que perdía por exceso de consumo y falta de foco.
Ahora, en cambio, hay días en que me levanto y escribo mientras preparo el desayuno. Otros, me estiro en silencio sentada en el borde de la cama o presto atención a mi respiración mirando por la ventana cómo se despeja el cielo. Otras veces arranco con saludos al sol o anotando en mi diario de gratitud.
Lo más notable: lo primero que hago al despertar ya no es mirar mi teléfono… a veces, incluso, me levanto y ni lo desconecto del cargador.
Te invito a responder la pregunta: ¿Qué estás creando hoy?
No dejes de compartir tu experiencia en los comentarios ni de compartir tus avances para inspirar a otros en Facebook y en Instagram usando el hashtag #LadoCreativo